Cien años de historia... y trabajo
Como mi padre, cadistas de corazón le dedicaron parte de sus vidas a estos colores. Horas del día que robaban a sus trabajos, a sus familias para tratar con representantes, futbolistas, federaciones, entrenadores, aficionados... con el firme objetivo de hacer del Cádiz un club un poquito más grande cada año.
Cuando escucho a algunos cadistas decir que prefieren ver al Cádiz desaparecido y empezar de nuevo con el Balón antes que verlo otro año en manos de Antonio Muñoz me pongo mala. ¿Qué quieren decir? Es que no lo entiendo. En el año del centenario, cifra que no muchos clubes han cumplido de historia, ¿pretenden hacerme entender que el trabajo y esfuerzo de tantísima gente a lo largo de estos cien años no vale de nada?
Les quiero recordar a todos que el Cádiz ya existía antes de que llegara Antonio Muñoz.
Muchísimos trabajaron a destajo para hacer que estuviera en la élite del fútbol español. Entre ellos mi padre, al que le debo mi pasión por el fútbol y por este club al que adoro y quiero por encima de muchas cosas. Tomo de él el ejemplo de trabajador abnegado, como muchos otros, que curraban a destajo hasta altas horas de la madrugada a cambio de su satisfacción y poco más, porque entonces no había sueldos en esto del fútbol, sino mucha pasión y responsabilidad.
Muchísimos trabajaron a destajo para hacer que estuviera en la élite del fútbol español. Entre ellos mi padre, al que le debo mi pasión por el fútbol y por este club al que adoro y quiero por encima de muchas cosas. Tomo de él el ejemplo de trabajador abnegado, como muchos otros, que curraban a destajo hasta altas horas de la madrugada a cambio de su satisfacción y poco más, porque entonces no había sueldos en esto del fútbol, sino mucha pasión y responsabilidad.
Como mi padre, cadistas de corazón le dedicaron parte de sus vidas a estos colores. Horas del día que robaban a sus trabajos, a sus familias para tratar con representantes, futbolistas, federaciones, entrenadores, aficionados... con el firme objetivo de hacer del Cádiz un club un poquito más grande cada año.
Ahora parece que esto no vale de nada. Antonio Muñoz sigue siendo el motivo que separa a algunos aficionados de su sentimiento y me parece un error. El Cádiz existía antes de que llegara y sobrevivirá tras él, pero el hecho de que esté en Segunda B, con una afición abandonada y en ley concursal no es precisamente un escaparate llamativo. Hay que volver a hacer un Cádiz grande, desde el aficionado que paga su carnet hasta el jugador que salta al campo, pasando por el abnegado trabajador de club. Todos aquellos que trabajaron por este Cádiz tantos años lo merecen, que sirvan de ejemplo.
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