Muchas gracias de nuevo por colaborar Salva. Un saludo!!
Miserias y grandezas del fútbol modesto
Esta temporada nos deja dos imágenes elocuentes y muy llamativas que reflejan las dos caras del fútbol modesto: la de la ilusión y la superación, y la de la penuria de la cruda realidad. De un lado, el ejemplo del Mirandés, heroicidad vestida de corto; de otro, la retirada del Villanueva Promesas y la calamitosa situación de un clásico como el Poli Ejido.
Tras conseguir un empate en Melilla (j.19), los jugadores del Villanueva Promesas se encontraron con la afición local puesta en pie y aplaudiéndoles a ellos entre gritos de ánimo y elogio sincero. Llevaban tres meses sin cobrar y habían sacado un punto en uno de los campos más difíciles de la categoría. 15 días más tarde el equipo tuvo que abandonar la competición por la quiebra. Dos jornadas después, el Poli Ejido encajó 14 goles al presentarse a su partido ante el Lorca con juveniles. Ambos casos exponen la miseria de este deporte y las consecuencias de la combinación de una mala gestión con una crisis que asfixia a los más débiles.
En el otro extremo está el sueño de todo equipo humilde, conseguir la gesta maravillosa del Mirandés y situar a su pueblo, sus jugadores y su afición en el mapa. Pablo Infante, símbolo de la proeza, agradeció entre las celebraciones del triunfo ante el Espanyol “a todos los que en toda España han apoyado al Mirandés”. Eso está muy bien y tiene mérito que la hazaña llegue a todas las esquinas futboleras y no futboleras del país… pero la clave, el verdadero impulso para los equipos modestos está en sus pueblos y ciudades, en su gente. Resulta sencillo ser del Madrid o del Barcelona y no tanto acudir a las frías gradas de los anticuados estadios de los clubes más pequeños. Pero hay que estar con tu equipo, ayudar a los que también quieren crecer y sueñan con ser televisados algún día. Es lo más sano y más positivo para el fútbol. Iniesta es de Fuentealbilla, un pueblo de Albacete, no lo olvidemos.
Ver cómo toda Miranda de Ebro (40.000 hab.) se pone la camiseta rojilla con orgullo y llena el estadio, los bares, las calles y las fuentes pone la carne de gallina y muestra el camino. Para llegar al éxito antes hay que arropar a tu club, el de tu ciudad, y auparle con el sentimiento y el calor que sólo un paisano puede ofrecer. Este año ha sido el Mirandés, el que viene...
En el otro extremo está el sueño de todo equipo humilde, conseguir la gesta maravillosa del Mirandés y situar a su pueblo, sus jugadores y su afición en el mapa. Pablo Infante, símbolo de la proeza, agradeció entre las celebraciones del triunfo ante el Espanyol “a todos los que en toda España han apoyado al Mirandés”. Eso está muy bien y tiene mérito que la hazaña llegue a todas las esquinas futboleras y no futboleras del país… pero la clave, el verdadero impulso para los equipos modestos está en sus pueblos y ciudades, en su gente. Resulta sencillo ser del Madrid o del Barcelona y no tanto acudir a las frías gradas de los anticuados estadios de los clubes más pequeños. Pero hay que estar con tu equipo, ayudar a los que también quieren crecer y sueñan con ser televisados algún día. Es lo más sano y más positivo para el fútbol. Iniesta es de Fuentealbilla, un pueblo de Albacete, no lo olvidemos.
Ver cómo toda Miranda de Ebro (40.000 hab.) se pone la camiseta rojilla con orgullo y llena el estadio, los bares, las calles y las fuentes pone la carne de gallina y muestra el camino. Para llegar al éxito antes hay que arropar a tu club, el de tu ciudad, y auparle con el sentimiento y el calor que sólo un paisano puede ofrecer. Este año ha sido el Mirandés, el que viene...
Estupenda aportación Salva! La cara y la cruz de fútbol. Saludos!!!
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