El ‘punching ball’
No
me gusta la manía que se tiene de buscar un chivo expiatorio al que siempre
echarle las culpas de todo. Cuando las cosas vienen mal dadas parece que nace
en el ser humano la tremenda necesidad de tener un punching ball para soltar toda la rabia que lleva dentro.
El
Cádiz no funciona y alguien tiene que tener la culpa. Cada año hay uno. Cuando
no es el presidente, es el entrenador y este año parece que le toca a los
jugadores. Sin embargo, comprenderán la tamaña tontería. Me parece una visión
muy simplista y una forma muy fácil de explicar algo que muchas veces es
imposible de explicar. La culpa del éxito o fracaso de cualquier proyecto que
se realiza a nivel colectivo nunca puede recaer en uno sólo de sus integrantes.
Es de cajón.
Sin
embargo, si el año pasado José González era el centro de casi todas las iras
del respetable, ahora resulta que es la plantilla. Que si no tiene calidad, que
si la mayor parte no sirve, que si no hay personalidad… así que, lo que en un
principio se prometía como el año dorado, la temporada de la tierra italiana
prometida, el año de la diversión en Carranza, el jogo bonito y miles de pamplinas más que hubo que escuchar y leer,
ahora se torna en pesadilla, con unos resultados deportivos insostenibles
acentuados con una imagen penosa e insufrible.
No
obstante, como yo tiendo a buscar a los responsables en el colectivo,
analicemos un momento si no es un tanto barato pensar que el Cádiz no funciona
porque no tiene buenos jugadores. ¿Sabe defender este equipo? ¿Es una máquina
de crear ocasiones de gol? ¿No es curioso que un portero como Aulestia que el
año pasado parecía internacional esta temporada sea la sombra de sí mismo?
Así,
se mire como se mire… el sistema hace aguas, el entrenador no da con la tecla
y, por tanto, también es responsable de que el equipo salte al campo sin saber
a ciencia cierta lo que tiene que hacer más que deambular impotente. Eso sin
contar las declaraciones del último partido con perlas como: “Nos vamos de
Albacete con la cabeza alta” o “no hemos merecido perder este partido” o que es
parcialmente responsable de la llegada de sonados fiascos de la plantilla como
Viyuela, Domingo, Sergio Ortiz o Sipo, sin ir más lejos…
Pero
como me gusta mirar más allá. Vayamos con los Gauccis. No sólo cometen errores de bulto en la confección de la
plantilla, dejando puestos mal cubiertos, haciendo fichas del filial sin
estudiar bien las situaciones futuras que se puedan dar en el campo y dejando
ir a futbolistas que habían demostrado un buen rendimiento (casos De Cos, Dioni
o Juanse). Resulta que se hacen llamar grupo inversor… ¿y dónde ha ido a parar
esa supuesta inversión? ¿Qué hemos cambiado al Zipi de Córdoba por el Zape
italiano?
En
fin señores. Si con todos estos ingredientes podridos la comida no te sale mala
ya me dirán cómo se hace, porque la receta del éxito no se prepara con
productos caducados, un cocinero inexperto y la lista de la compra escrita en
suomi. Yo lo veo claro. Lo veía en septiembre y, ahora, pues mucho más…
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