Fin por fin
Terminó este infierno futbolístico. Deportivamente hablando,
un año horrible, con 12 meses muy largos e interminables semanas llenas de
domingos tristes e insoportables. Ya nos hemos despedido de este suplicio y
espero que para no volverlo a ver, porque no lo hemos merecido la verdad. Como
aficionada cadista no recuerdo una temporada peor en mi vida. Que cada fin de
semana me tuviera casi autoconvencer para ir al Carranza con argumentos tan
insostenibles como “hay que estar en las buenas y en las malas” ha sido un
reto, un objetivo que he tenido que superar, porque esta enfermedad llamada
cadismo se lleva muy dentro.
No crean que soy ningún bicho raro, que todo lo que aquí
relato lo han pasado muchísimos de ustedes este año. Cadistas de corazón y de
historia que han vivido grandes momentos en el Carranza han tenido que aguantar
este año el sopor y la vergüenza de no sentirse identificados con un proyecto
abocado al desastre desde su confección. Está claro que no se hicieron bien las
cosas, pero buscar culpables nunca ha sido uno de mis deportes favoritos,
quizás porque en esto de las sociedades anónimas de los palcos no te echan
tanto los resultados sino la de Ubrique cuando está llenita de telarañas…
Pero para los que no han quedado contentos con el primer
capítulo de las aventuras gauccianas,
ahora llega el enésimo ejemplar, como si de libros infantiles hablásemos.
Tenemos Gaucci llega a Cádiz, Gaucci ficha rápido y mal, Gaucci charla más que hace, Gaucci ficha jugadores que se van, Gaucci se equivoca con las fichas, Gaucci trae a Gaga Milano, Gaucci se queda sin fondos, Gaucci hipoteca la cantera, Gaucci, en Italia y un innumerable
etcétera de posibilidades. El año ha dado para muchos capítulos y todos igual
de dantescos.
Aun así, tenemos ante nosotros un nuevo año y otra
oportunidad. Ya no podrán venir con la excusa del tiempo. Tampoco dirán que les
falta experiencia. Este año les ha tenido que curtir pero bien, porque
temporadas como ésta son las que te hacen aprender a las malas. Tendrán que
apostar por este proyecto y apostar de verdad si realmente quieren ganar dinero
en esto del fútbol. No he visto a nadie que se haya hecho millonario en el
casino con 5 euros. Tendrán que invertir bien, que no consiste en gastar más, sino
en gastar mejor. Porque por mucha sociedad anónima que sea este Cádiz detrás de
este club hay un patrimonio que no podemos seguir denostando: su fantástica
afición.
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